Sobre la Trinidad

Existen muchas dudas con respecto a la Trinidad, además de mucho tabú. El hecho de que la Trinidad sea un misterio no significa que no podamos acercarnos a ella de manera racional. Si bien no para entenderla del todo o reducirla a conceptos (con lo cual Dios dejaría de ser Dios), sí para mostrar que no es contradictorio.

Convenciones:

PP: Primera Persona de la Trinidad.

SP: Segunda Persona de la Trinidad.

TP: Tercera Persona de la Trinidad.

SOBRE LA DEFINICIÓN DE DIOS

Una buena forma de definir a Dios es como lo hizo Anselmo: el ser más grande concebible (o imaginable). Esta definición nos permite hacernos una buena idea de cómo tiene que ser Dios. Entre otras:

  • Tiene que ser una entidad personal, pues las entidades no personales —los objetos— son más simples que las personales, luego ser personal es más grande que no ser personal.
  • Tiene que ser incomprensible pues si se puede comprender (abrazar, contener, abarcar) no sería tan grande; luego imaginable no es lo mismo que comprensible o entendible.
  • Tiene que existir, ser, pues si no existe es tan solo imaginario, no imaginable.
  • Debe ser verdad, pues ser verdad es mejor que no serlo; de hecho, debe ser la verdad; si no, la verdad sería más grande que Él.
  • Sus atributos no han de ser acotados (por ejemplo, debe ser omnipotente y omnipresente), pues si tienen límite es posible imaginarse coherentemente un ser con mayor capacidad.
  • Debe ser único, pues si hay dos como Él, es alcanzable por otras entidades existentes.

Para los propósitos de este escrito, me parece que estos ejemplos de lo que implica la definición de Dios han de bastar.

SOBRE LA INSUFICIENCIA DEL MONOTEÍSMO UNIPERSONAL

Si Dios es una sola persona, no puede ser Dios.

Una de las más grandes diferencias entre el monoteísmo cristiano y el monoteísmo judío o islámico radica en la cantidad de personas que componen la Deidad. La divinidad judía e islámica está compuesta por una sola persona. Sin embargo, si Dios es una sola persona, la creación de otro tipo de seres —celestiales o humanos— es una necesidad. En caso contrario, no tendría forma de expresar ciertos atributos que se requieren para hacerlo el ser más grande concebible.

Por ejemplo, el amor solo es tal cuando se expresa; de manera que si una entidad no tiene otra a la cual amar, no puede amar. De hecho, puede definirse persona como una entidad que tiene la capacidad y la necesidad de amar y ser amada. De ello se colige que una entidad que haya amado eternamente sería superior a una entidad que haya comenzado a amar: la primera entidad siempre ha sido persona, mientras que la segunda tan solo llegó a serlo. En otras palabras, un alguien es más grande que un algo; y un alguien que siempre ha existido es más grande que un algo con el potencial de llegar a ser un alguien, incluso si el potencial se concreta.

Ahora, tener la capacidad de amar hace que una entidad sea una persona —más que una cosa—, pero eso no la hace Dios. Tener la capacidad de amar es claramente inferior a ser amor. Si una persona solo puede amar sin ser amor, entonces el amor existe independientemente de ella. Y si el amor existe como una entidad independiente de dicha persona, tal persona no es Dios. Una entidad unipersonal necesitaría crear para llegar a amar y, por lo tanto, no podría ser Dios. Es decir, Dios no puede ser una única persona por reducción al absurdo: sería incapaz de amar antes de haber creado, luego ni siquiera sería persona y menos aún tendría atributos inherentes a Él como ser amor.

Dios debe ser amor. Como el Dios del cristianismo es trino, cada una de las Personas que componen la Trinidad ama perfectamente a las Otras Dos, luego el amor ha sido un atributo divino desde la eternidad y hasta la eternidad. De manera que el Dios no necesita la creación, como debe ser si de veras es Dios. Cada una de las Personas de la Trinidad ha expresado amor desde la eternidad. Además, puesto que el monoteísmo en general acepta que Dios es personal, los miembros de la Trinidad tienen necesidad de ser amados también. En la concepción cristiana, esta necesidad de amor en las Personas de la Trinidad se satisface en ellas: cada uno de sus miembros ama a los otros dos y es amado por ellos.

Igualmente ocurre con otros atributos divinos como ser bueno o justo. Si Dios fuera una única persona, tales atributos solo podrían expresarse una vez haya creado a alguien con quien pudiera ser bueno o justo. De nuevo, en el cristianismo no existe esta necesidad de crear porque Dios, en cuanto tres Personas, expresa en sí mismo dichos atributos.

Si solo una persona comprendiera toda la Divinidad, entonces, en el mejor de los casos, Dios sería potencialmente amoroso (no sería amor), potencialmente bueno y potencialmente justo. Potencialidades que solo se concretarían una vez creara entidades que satisficieran sus necesidades personales de amar y ser amado. Pero ser potencialmente amor es infinitamente inferior que ser esencialmente amor. Ser potencialmente bueno es infinitamente inferior que ser esencialmente bueno. Ser potencialmente justo es infinitamente inferior que ser esencialmente justo. En definitiva, ser potencialmente Dios es infinitamente inferior que ser Dios. El nombre de Dios es Yo Soy, no Yo Potencialmente Seré ni De Aquí A Poco Seré.

Nótese que este argumento depende crucialmente de que el amor no sea una emoción. En el momento en que el amor pueda ser una emoción, Dios simplemente puede sentir que ama, y el problema queda resuelto para el judaísmo y el islamismo. No obstante, sentir que uno hace algo no es lo mismo que hacer algo. Amar es una actitud —una disposición a actuar—, no un sentimiento —un estado afectivo del ánimo—. Como solía repetirme mi abuelita, «obras son amores y no buenas razones». La forma más excelente de mostrar amor requiere una actitud de negación a uno mismo (el amor no busca lo suyo), a lo que las emociones dictan, para beneficiar al otro.

SOBRE LA OMNISCIENCIA

Los filósofos diferencian dos formas de conocimiento: el proposicional y el propio. Cuando hablamos de omnisciencia divina usualmente nos referimos al conocimiento proposicional: Dios conoce todas las proposiciones verdaderas (por ejemplo, Dios sabe que 2 + 2 = 4). Mas Dios, en cuanto personal, tiene también conocimiento propio, aquel que nos hace a las personas conscientes de nosotros mismos. Una piedra no sabe que es una piedra y un animal no tiene conciencia de sí, pero las personas (humanas y divinas) tenemos la capacidad de entendernos a nosotros mismos en primera persona. Es diferente decir «Chris Froome ganó el Tour de Francia» a que Chris Froome diga «Yo gané el Tour de Francia». Ese conocimiento personal es el que llamamos propio o experiencial.

Como ya vimos, Dios no puede necesitar crear el mundo. Pero una vez lo crea, queda sujeto a las restricciones que Él mismo se impuso para crearlo. Por ejemplo, una vez Dios dice «hágase la luz», no tiene la posibilidad de no hacer la luz, pues de no hacerla incurriría en contradicción, por lo cual no sería Dios. Cuando Dios dice «Hágase la luz», queda obligado a hacerla (Aunque este ejemplo ilustra la idea, no es preciso porque asume que Dios está en el tiempo y que sus acciones están separadas de sus palabras).

Así las cosas, antes de crear a los seres humanos, el conocimiento propio, el experiencial, del dolor y la muerte no son cosas que Dios necesitara saber porque no existían. Pero una vez decide crear al ser humano, que sí experimentaría el dolor y la muerte, Dios no tendría un conocimiento propio de lo que son estas dos cosas a menos que se encarnara y muriera. Luego, una vez Dios decide crear el mundo, la encarnación y la expiación no son solamente el más grande acto de amor y bondad, sino una necesidad para Él. Si ninguna Persona de la Trinidad se encarna y muere, Dios nunca va a tener el conocimiento propio, experiencial, de qué es sentir el dolor y la muerte.

De modo que si Dios fuera una entidad unipersonal y se encarnara como lo hizo Cristo, entonces dejaría de existir Dios, pues siendo plenamente humano tendría que dejar de lado, al menos parcialmente, algunos atributos divinos. Y puesto que en este caso hipotético Dios sería una única persona, al despojarse de al menos uno de sus atributos, así sea en parte, dejaría de ser Dios.

Nótese que la encarnación es un acto humillante porque la SP se despoja de al menos una parte de sus atributos divinos para hacerse humano y sufrir como nosotros, sufrir con nosotros (Fil. 2:5-11). Por ejemplo, los humanos morimos y no podemos resucitarnos a nosotros mismos. Así, cuando el cristianismo afirma que la SP se encarna, en su humanidad se sujeta a la muerte; pero si Dios fuera una sola persona, tal acto no sería posible pues si muere, no habría quien lo resucitara, de modo que dejaría de ser Dios, dejaría de existir Dios. Del otro lado, si habiendo creado a los humanos no experimenta como humano los dolores y la muerte, habría cosas que no conocería, luego no podría ser omnisciente.

Entonces, aunque Dios no tenía la obligación de crear este mundo ni los seres humanos que lo habitan, una vez los crea, la encarnación y la expiación se vuelven obligación, pues de lo contrario existirían cosas que Él no conocería. Repito: Dios no tiene que crear, pero una vez crea, es necesario que se encarne y sufra como nosotros o dejaría de ser Dios; si no lo hace, habría cosas que no conocería (Esta perspectiva de paso explicaría el difícil Hebreos 5:8: «Por lo que padeció aprendió obediencia»).

En resumen:

1. Dios no necesita crear el mundo.

2. Pero Dios decide crear el mundo y crear a los humanos.

3. Los humanos experimentan dolor y muerte (tienen conocimiento propio de estas cosas).

4. Luego Dios tiene que encarnarse como humano para adquirir este conocimiento.

5. Si Dios no se encarnara, existiría algo que no conoce.

6. Aun concediendo que siendo unipersonal mantuviera su estatus divino, si se encarnara, dejaría de ser Dios.

7. Dios no puede ser unipersonal.

DADA LA CREACIÓN, DIOS DEBE SER MULTIPERSONAL

Una vez aceptado que Dios no puede ser unipersonal, pasemos a mirar que sí puede (y debe) ser multipersonal. Aunque no es necesario para este paso, supongamos que Dios está compuesto por 3 Personas, como en la Trinidad cristiana (hasta este punto pudieran ser 2, 4, 10…). Entonces puede verse que no todas las tres Personas tienen que experimentarlo todo o conocerlo todo. Es suficiente que una Persona de la Trinidad sepa algo para que Dios lo sepa. En una analogía con los números naturales, suponga que la PP solo conoce todos los números 0, 3, 6, 9, 12, 15,… (los números que al dividirlos por 3 tienen residuo 0); la SP solo conoce los números 1, 4, 7, 10, 13, 16,… (todos los números que al dividirlos por 3 tienen residuo 1), y la TP solo conoce los números 2, 5, 8, 11, 14, 17,… (todos los números que al dividirlos por tres tienen residuo dos); entonces Dios conoce todos los números naturales (todo número natural tiene residuo 0, 1 o 2, al dividirlo por 3; no hay más posibilidades).

Por supuesto, lo anterior es solo una suposición; aunque considero que si así fuera, Dios no dejaría de serlo, creo también que todas las Personas de la Trinidad tienen todo conocimiento proposicional (al menos previo a la encarnación), luego las tres conocerían todos los números naturales. No obstante, dicha suposición sirve para introducir un concepto más importante relativo al conocimiento propio:

Como ya vimos, cuando Dios decide crear un mundo como este, una de las tres Personas se tiene que encarnar, digamos la Segunda. Así, cuando la SP se humana y muere, el conocimiento experiencial del dolor físico humano y la agonía existencial solo la tiene la SP, no la PP ni la TP. La PP o la TP aunque hayan sufrido un dolor que no alcancemos a comprender (la ruptura de una relación perfecta y eterna), no tienen el conocimiento propio humano del dolor físico y solo la SP puede entendernos en este aspecto (He. 4:15). Pero esto no atenta contra la omnisciencia de Dios porque si al menos una de las Personas que componen la Trinidad tiene este conocimiento, entonces Dios también lo tiene por transitividad.

Por otro lado, dado que hubo despojo de la SP, entonces la PP y la TP no pueden perder toda la potencia de sus atributos divinos o Dios dejaría de existir (esto explica un error doctrinal complicado en la película La cabaña, donde toda la Trinidad se encarna y hasta el Padre tiene las cicatrices de la expiación en sus manos; en este caso, Dios ya no podría seguir siendo Dios).

Que haya más de una persona, permite que una se encarne y adquiera el conocimiento experiencial mientras las otras mantienen toda la potencia de sus atributos divinos. Podemos entonces añadir a la lista anterior un nuevo punto:

8. Dios debe ser multipersonal.

SOBRE LA NECESIDAD DE UN DIOS TRINO, DADA LA EXISTENCIA DEL MUNDO CREADO

En el momento en que la SP encarnada muere, su comunión eterna con la PP se rompe por completo. De manera que si Dios fuera solo dos personas, habría un momento de la eternidad en el que los atributos personales de Dios no pudieron expresarse.

¿Por qué? Porque si solo la PP y la SP son divinas y no la TP, entonces al momento de la muerte de Cristo la PP habría quedado sin nadie a quien expresarle perfectamente el amor y sin nadie de quien recibir perfectamente el amor. El hecho de que la TP haga parte de la Divinidad hace posible que la SP encarnada muera sin que los atributos relacionales de Dios sufran menoscabo.

Esto también hace evidente que la muerte de la SP encarnada no destruyó a Dios porque las otras dos personas siguieron existiendo eternamente en relación perfecta (también es importante aclarar que, doctrinalmente, cuando la SP encarnada murió, fue en su naturaleza humana; no es que la SP divina haya muerto; véase, p. ej., Ef. 4:8-10, 1 P. 3:18-19). Porque son tres, una podía morir sin que la parte relacional (y por tanto personal) de Dios sufriera menoscabo y su divinidad se viera comprometida.

Por lo tanto, la existencia del hombre obliga a que Dios sea al menos tres Personas. Dado este mundo creado, un Dios que no sea al menos tres Personas no puede ser Dios.

Que no pueda ser más de tres Personas también depende de la encarnación y la expiación. Cada Persona de la Trinidad cumple una función en cada cosa que Dios hace. La expiación no es la excepción: mínimamente una se encarna y las otras dos quedan sosteniendo los atributos relacionales necesarios para que Dios siga existiendo. De manera que si la Deidad tuviera más de tres Personas, las restantes serían innecesarias, con lo cual no podrían ser divinas (pues si no se necesitan, sobran). El argumento toma la forma de parsimonia (navaja de Occam) reforzada por necesidad. Entonces,

9. Dado el punto 2, Dios debe ser al menos 3 personas.

10. Si es más de 3 personas, algunas de ellas no serían necesarias.

11. Luego Dios solo puede ser tres Personas.

¿ES POLITEÍSTA EL CRISTIANISMO?

La acusación de politeísmo en el cristianismo no se sostiene porque el cristianismo no afirma que cada Persona de la Trinidad es Dios independiente de las otras dos, sino que las tres Personas juntas son Dios. Dios es el Ser personal conformado por las tres Personas en mutua dependencia. Afirmamos que son tres Personas distintas y un solo Dios verdadero; no tres Dioses distintos y un solo Dios verdadero. Lo último sería una flagrante contradicción. De modo que cuando decimos cosas del tipo «el Padre es Dios», «el Hijo es Dios» y el «Espíritu Santo es Dios», como en los credos, debemos entender que lo que en realidad estamos afirmando es que cada uno de ellos es divino.

Puede decirse con tranquilidad entonces que la PP es divina dado que la SP y la TP también sean divinas, la SP es divina dado que la PP y la TP también sean divinas, y la TP es divina dado que la PP y la SP también sean divinas. Lo que no puede decirse es que la PP sea Dios independiente de la SP y la TP, la SP sea Dios independiente de la PP y la TP, o la TP sea Dios independiente de la PP y la SP. No. El Ser único que llamamos Dios está formado por las tres Personas de la Trinidad y ellas existen en mutua interdependencia.

SOBRE EL ESTATUS DE CADA MIEMBRO DE LA TRINIDAD

Nótese que no es necesario suponer que el Hijo fue engendrado en la eternidad por el Padre, lo cual lo situaría por debajo de Él, en cuyo caso pasajes como Hebreos 5:8 no tendrían sentido porque habría experimentado la obediencia al estar sujeto eternamente al Padre como Hijo. Todas las Escrituras que se refieren a la relación Padre-Hijo pueden (y deben) entenderse desde la perspectiva de la encarnación, no desde la perspectiva de la eternidad.

De hecho, una modificación del argumento Kalam (que depende de que todo lo que comienza a existir tiene una causa), sirve para mostrar que si el Hijo fue «eternamente engendrado», entonces el Hijo tuvo una causa (así esté la causa en el pasado eterno), luego no puede ser parte de la Divinidad, pues todo efecto es esencialmente inferior a su causa.

Por lo tanto, me resulta muy difícil aceptar, como en el Credo de Nicea, que la SP sea eternamente engendrada y pueda mantener su estatus divino al tiempo. Si la SP hubiera sido engendrada desde la eternidad, sería «menos divino» que la PP, algo muy complicado de masticar.

La humillación de la SP en la encarnación y la expiación consiste precisamente en que, antes de ella, era por naturaleza a igual a Dios. No hay nada en su divinidad que fuera inferior a la PP, excepto en el momento en que decreta la creación y acepta encarnarse. Ahí, en cuanto verdadero hombre, se hace sujeto del Padre.

Por tanto, hablar de Padre-Hijo en la Trinidad solo tiene sentido desde la perspectiva de la encarnación. No antes de la creación del mundo.